Junto con el surgimiento de entornos virtuales de aprendizaje surgen una serie de preguntas: ¿el curso está siendo efectivo?, ¿responde las necesidades de los estudiantes?, ¿cómo se puede mejorar?, las interacciones estudiante-profesor, profesor-estudiante, estudiante-estudiante y estudiante-contenido ¿son eficaces?

 

En este contexto surge lo que hoy conocemos como "analíticas del aprendizaje" ("learning analytics") término que nace en 2011 de la mano de George Siemens y de la creciente popularidad de la educación en línea y se refieren a la interpretación de un amplio rango de datos producidos por los estudiantes y recogidos en tiempo real para orientar su progreso académico, predecir su desempeño futuro e identificar situaciones problemáticas. Los datos se recogen a partir de completar tareas y realizar exámenes, así como de interacciones sociales online o publicación en foros. Los datos se pueden obtener a través de las distintas tecnologías con que cuenta la institución (plataformas educativas), dispositivos de propiedad de los alumnos (móviles, tablets o portátiles) e incluso aplicaciones sociales (redes sociales o blogs).

Este nuevo enfoque se fundamenta en el seguimiento de los rastros digitales que dejan los alumnos durante su proceso de aprendizaje y en el uso de algoritmos que detectan patrones, y su expansión parece no tener límites. Cada vez más aplicaciones y dispositivos se introducen en el contexto educativo, generando entradas de datos que permiten registrar, medir y analizar de forma rápida y sencilla elementos que a menudo son causa del fracaso escolar.

 

El estudio de las "analíticas del aprendizaje" permite: conocer el comportamiento de los alumnos en su proceso formativo, establecer acciones para la mejora educativa, prevenir posibles fracasos, comprender que ocurre en los entorno virtuales de aprendizaje, potenciar los procesos de tutoría presenciales y en línea, auditar los cursos en línea para su mejora continua, analizar la pertinencia y aplicación de los contenidos de un curso, realizar un seguimiento personalizado y exhaustivo de los estudiantes, evaluar y mejorar los recursos de aprendizaje y evaluar las metodologías utilizadas.

 

En los últimos años el uso de las "analíticas del aprendizaje" ha tomado también gran popularidad en las empresas que ofrecen formación a su capital humano. Actualmente a las organizaciones ya no les sirve sólo que un empleado cuente con ciertas competencias al momento de su ingreso. La velocidad del avance tecnológico demanda que posea una actitud de constante actualización de sus habilidades y conocimientos. Gracias al análisis del aprendizaje, las empresas pueden contar con información sobre el funcionamiento de un programa de formación en sus empleados, su progreso y la probabilidad de que alcancen los objetivos planteados.

Es evidente que el uso de la "analítica del aprendizaje" nos plantea una nueva forma de cómo entender la experiencia educativa, pero a pesar de su gran potencial, las universidades aún deben enfrentar algunos retos en el futuro para su uso.

 

El primero relacionado con el crecimiento de aprendizaje personalizado, demandará una mejor analítica del aprendizaje para incrementar la calidad y la eficacia en su diseño.

Un segundo será el poder contar con las plataformas educativas adecuadas para la implantación de estos modelos.

El tercero está relacionado con el manejo de la privacidad de los datos de los estudiantes, un asunto que ha sido objeto de reflexión recientemente.

 

Un cuarto es ampliar la perspectiva de los docentes sobre las posibilidades de las "analíticas del aprendizaje" para identificar patrones y desarrollar modelos predictivos que les ayuden a comprender qué funciona para sus estudiantes y en qué contexto.

 

Y, finalmente, el último consiste en involucrar activamente a los educadores para que en el diseño de su curso integren estas herramientas. No servirá de nada diseñar analíticas avanzadas para mejorar la toma de decisiones si los profesores no entienden cómo aplicarlas para optimizar los resultados de aprendizaje de sus estudiantes.

Carlos Melo Díez de Bonilla: Rector de la Universidad CNCI, es Ingeniero Industrial y de Sistemas del ITESM, con Maestría en Administración de la Calidad Integral de la UDEM, Especialización en Administración del Cambio en el Arthur D. Little Management Education Institute en Boston y Candidato a Doctor en Educación de la UANE.

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