Toda actividad, ya sea industrial, comercial o de servicios, convive con diversos factores que influyen en su rendimiento y competitividad. Una gestión logística exitosa es la clave para marcar la diferencia en todo el proceso a fin de optimizar los resultados. “Llevar el producto adecuado al lugar apropiado en el momento preciso” es una definición de diccionario de logística. Pero para lograr el propósito que pareciera describirse en una oración, es necesario reconocer el complejo circuito que implica.

El objetivo final de la logística es que el producto llegue al consumidor final, generalmente, a través de dos vías.

 

Las funciones de una logística profesional abarcan:

  • El conocimiento, gestión y control de los flujos físicos de materias primas y productos.
  • La noción y administración del entorno en virtud de los recursos humanos, los bienes de consumo como el combustible, la energía, etc.
  • La administración de bienes necesarios para la prestación como los almacenes, los rodados, los sistemas informáticos, etc.  

De manera indirecta la logística también conlleva la función de influir en los flujos financieros y los flujos de información productiva. Es por esto que la tarea profesional de la logística ayuda en gran medida a la toma de decisiones y es importante su análisis consciente dentro del presupuesto productivo.

 

Las funciones logísticas en empresas industriales comprenden diferentes tipos:

  • de aprovisionamiento
  • de producción
  • de distribución
  • de servicio de posventa

Por su parte, las empresas comerciales que compran directamente al fabricante, se saltan la función de producción y postventa que implican tareas de aprovisionamiento y distribución al consumidor final. Mientras tanto, en las empresas de servicio las funciones logísticas se constituyen en bienes que se adquieren para concretar una actividad específica y pocas veces suelen almacenarse.

Particularmente, en los diferentes casos la contratación de profesionales que cuenten con centros de distribución en zonas estratégicas de producción son un aliado para alcanzar un mayor rédito en la tarea específica del transporte de carga.  

En la actualidad, los servicios optimizados con nuevas tecnologías de localización inteligente permiten agilizar los procesos y brindar a los clientes mayor control sobre la cadena de distribución, tanto en el transporte de carga nacional como internacional.

 

Ahora bien, ya sea en fabricación, comercialización o prestación de servicios, es preciso reconocer los objetivos centrales de toda logística. Los especialistas los definen en tres:

  1. Eficiencia
  2. Capacidad de respuesta
  3. Ahorro en costos

 

La concreción de estos objetivos implica de forma indirecta que la empresa pueda:

  • Aumentar su competitividad
  • Minimizar errores
  • Aumentar los niveles de calidad
  • Disminuir el gasto
  • Incrementar la productividad
  • Mejorar el rendimiento

En definitiva, si el objetivo de una empresa es mejorar el rendimiento tanto en los servicios de logística como de transporte de carga, existen dos puntos que merecen párrafos aparte: la seguridad y la sustentabilidad.

La primera orientada a la importancia de disminuir los riesgos, desde la capacitación de los operadores hasta el mantenimiento de los equipos. La segunda orientada a mitigar el impacto ambiental y la huella humana al aprovechar los recursos en la forma más eficaz, como por ejemplo en el ahorro energético del transporte a partir de la optimización del uso de combustibles.

 

 

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